Dios te salve María de Alharilla, bajo cuyo estandarte nos congregamos hoy para celebrar este acto.
Señor cura párroco, señor alcalde, señora juez de paz, señor Jefe de Línea de la Guardia Civil, señor presidente y componentes de la junta de gobierno de esta cofradía de Alharilla, queridos hermanos mayores e hijos, estimado señor pregonero del año pasado y señora, cofrades y fieles devotos de nuestra excelsa patrona la Santísima Virgen de Alharilla, sed todos bienvenidos a este acto.
Cuando hace ya muchos meses el actual hermano mayor me expresó su deseo de que pronunciase este pregón, no lo pensé dos veces y me respuesta fue un rotundo no. Tenía dos poderosas razones para ello, aunque a él no le manifesté nada más que una. La primera es el convencimiento de que el pregón no consiste en la exposición más o menos brillante de un tema, que pueda requerir una larga y laboriosa preparación o investigación, el pregón es algo más, es expresar sentimientos y vivencias profundas, es por así decirlo presentar desnuda el alma. Podemos tener intensos sentimientos y vivencias; pero, generalmente, mientras más intensos sean éstos, más difícil será encontrar las palabras adecuadas para exteriorizarlos, ¿cuántos entre los aquí presentes no serían magníficos e insuperables pregoneros si acertaran a expresar verbalmente los sentimientos que embargan su alma ante nuestra madre de Alharilla?
Para acceder al pregón completo, publicado en el Programa de la Romería del año 2001, pinchar en el enlace: http://www.box.com/s/653e6a2599caee9bb6d9